Por Rodolfo Sánchez Mena
El Departamento de Estado, es proveedor oficial de armamento militar a los Zetas, informa el diario El Paso Times. La intervención del Departamento de Estado como de otras agencias en el abasto de armas a los cárteles, demuestra, irrefutablemente, la existencia de un Plan de Guerra Norteamericano.
El Plan de Guerra, ha permitido crear un frente de guerra especial en la frontera norteamericana, como el de Irak, Afganistán, que permite dirigir operaciones en frentes de guerra simultáneos, con una diversidad de tácticas, insurgentes, terroristas, guerra psicológica y una gama de acciones tendientes a crear una base social de sustento por medio del reparto de alimentos, protección contra el secuestro; la única regla es no aspirar ni competir por el poder.
El Plan de Guerra de Obama ha ampliado sustancialmente el abasto de armamento militar a las fuerzas contrainsurgentes entrenadas por el Pentágono, Gafes, identificados como Zetas y Kaibiles, con el fin de establecer un corredor militar que se extiende desde México, pasando por Centro América, Colombia y Perú. Con una estrategia contrainsurgente, dotada de programas múltiples, contra los países latinoamericanos democráticos y progresistas, que han adoptado el Consenso de China e intensificado relaciones con Rusia.
El Plan de Guerra, considera en su diseño desestabilizar en 2012 las elecciones presidenciales de México. Así nos lo advierte, en sus declaraciones, Robert Plumlee, ex piloto de la CIA, al dar testimonio ante comités del Congreso Norteamericano, que investiga el tráfico de armas y drogas.
El reporte del Congreso, revela la entrevista con Phil Jordan, ex director de la DEA en El Paso, quien afirma que el armamento militar se transporta desde el aeropuerto de Fort Worth, en Dallas, para surtir a los Zetas, por medio de empresas creadas por este cártel.
Las infidencias de los agentes, Plumblee y Jordan, recogidas por Diana Washington Valdez, de El Paso Times, muestran por una parte cómo se están desligando a tiempo, “se están curando en salud”, del juicio que tarde o temprano se llevará contra los involucrados en un operativo que tendrá mayores repercusiones cuando salga a la luz pública, como sucedió a los partícipes de la guerra sucia de Reagan en el Irán-Contra.
Toda vez que implica protección y apoyo a las operaciones de compra de casas de seguridad de los zetas en ambas partes de la frontera, como depósitos de armas que salen de aeropuertos donde opera la DEA , y que conducen a Dallas, Texas, centro de operación de los Zetas.
Nos ilustra enterarnos cómo la señora Hillary Clinton, le roba tiempo a la preparación de sus discursos contra la insurgencia criminal, para atender personalmente a clientes favoritos, consentidos, los Zetas, por medio del programa Direct Commercial Sales, Ventas Comerciales Directas.
Así nos hemos puesto al corriente cómo el gobierno de Obama, ha logrado incrementar la capacidad operativa de los Gafes-Zetas y el cartel de los Carrillo Fuentes, para afianzar las operaciones en varias entidades de la República, como entrar a operar en los países de Centro América. Se reporta que han sido dotados de granadas, lanzagranadas, misiles antiaéreos, chalecos antibalas, radios, aparatos de localización GPS y binoculares con visión nocturna.
Jesús Rejón (a) Mamito, un zeta fundador, al ser detenido confesó que el gobierno norteamericano les vende armas a los Zetas. En este contexto, el gobierno mexicano filtró al periódico norteamericano The Dallas Morning que se está reorientando la estrategia para combatir a los Zetas. Para comprobar sus dichos, informan la detención del Mamito y policías municipales que (supuestamente) daban protección a los zetas (como si la necesitaran). El mismo Dallas Morning informa del poder real de los zetas, que tienen su base en el norte del país, a lo largo del Golfo y en Centroamérica.
Excélsior, a partir de la información de El Paso Times, la amplía en un reportaje y da a conocer en su primera plana e interiores información valiosa pero sumamente grave, al enterarnos que es el gobierno norteamericano el proveedor de armamento militar al crimen organizado, Zetas. No son contrabandistas criminales los que burlan la vigilancia, como oficialmente y mentirosamente sostienen ambos gobiernos.
La información de Excélsior, es un misil contra Calderón, tiene una inmediata respuesta contra Fox-Sahagún, al mostrar la cola de la COCA. En el periódico La Jornada , el columnista de Dinero, Enrique Galván nos conduce del terreno financiero, a la sucesión presidencial. Solo que el espectro del análisis debe comprender la forma directa en que los norteamericanos están participando y como pretenden inclusive, decidir.
Sin preámbulos, Galván, da a conocer el asesinato, en Cuernavaca, de Karina Flores, nuera de Purita Guillermo Prieto Rivera, presidenta del grupo PIASA, concesionaria de la Coca Cola en Morelos-Guerrero. Por sí sola es una nota importante dada la fortuna y el poder (oculto) familiar; pero bien se trata de una muerte más de carácter sucesorio, aunque se quiera restringir a lo meramente criminal, pero como ahora vemos, lo criminal tiene otra dimensión, política e internacional.
Lo importante del rebote, es la información procesada, al aparecer por un lado la Coca como promotora de la presidencia de Fox y una parte de los recursos canalizados para comprarla, como son los 45 mil dólares a favor de la famosa y nunca aparecida, Carlota Robinson, en su cuenta 1051957-2 del IXE banco, triangulados desde el Northern Trust Bank de Miami.
El sustento logístico a la confrontación de los cárteles, durante tres años, ha permitido entre otras cosas, desestabilizar políticamente a las entidades del Noreste, y generar un clima de terror contra la población, para persuadirla de la necesidad de ampliar y profundizar la intervención militar norteamericana.
Como veremos, estamos frente a un Plan de Guerra, donde participan las agencias norteamericanas y las más altas instancias del poder de Washington. Si bien la parte mexicana no se ha revelado aún, saldrán a relucir Calderón y los responsables directos.
Ahora se entiende y se explica la extensión de los frentes de guerra y el elevado número de víctimas, siempre en aumento y el empecinamiento de Calderón para sostener una guerra donde los de allá ponen las armas, a cambio de drogas y de millones de dólares, y nosotros los muertos.
Obama como Calderón, no podrán negar estar enterados y menos la responsabilidad en el abasto de armas a los Zetas. La complicidad de Calderón en el proyecto de desestabilización de las elecciones presidenciales mexicanas, con la actuación de los Zetas, no tiene coartada.
Por último, el arsenal que permite a los Zetas actuar en Guatemala, para que la señora Clinton diera, hace unos días, el banderazo a la guerra Centro América Contra las Drogas y los Migrantes, es una obra no precisamente de caridad.
En Michoacán, Calderón ha montado un escenario para favorecer el arribo de su hermana al gobierno del Estado. Se inició con la propuesta del candidato único y se secundó con una escalada de violencia, para justificar el arribo de miles de efectivos militares de la PFP y manipular con la cancelación de las elecciones michoacanas y las nacionales, cuando los Zetas cumplan las órdenes de desestabilizar al país con una ola de violencia, empleando el stock de armas norteamericanas.
Como hemos venido insistiendo, el Plan de Guerra Norteamericano se inscribe en la estrategia de sucesión de Obama y, como vemos, pretende influir y hasta determinar el resultado de la sucesión presidencial de México, al crear un clima de desestabilización con los Zetas, con el propósito de mantener al derechista Partido (de) Acción Nacional; PAN; o bien, negociar su relevo, como sugiere tanta información abierta. ¿O será que perdieron el control?