Mírate ahora, con la mierda de fuera, ensangrentado e intoxicado, humillado, sin ningún valor, sin nadie que te extrañe, con miles de personas burlándose de tu rostro inerte, riendo a carcajadas por tu muerte, celebrando, maldiciendo tu vida desperdiciada.
Sin ningún homenaje, ni honor, sólo odio, repudio, rabia de tu gente, tus hermanos mexicanos, aquellos que te habrían ayudado si se los pedías, a quienes traicionaste, a quienes secuestraste, mexicanos a quienes les violaste una hija, una hermana, una madre, una esposa…
Mírate ahora, tirado con la cobardía impregnada en tus ojos, con el miedo brotando de tu nariz, sucio, cubierto de tierra, escondido, sentiste el temor de los inocentes que torturaste?... no, ellos fueron atormentados por horas, violadas por horas, una, y otra, y otra vez, mientras tú celebrabas con pendejos intoxicados que te habrían traicionado si les pagaban más.
A esos que llamaste hermanos, que les confiabas tu vida, míralos, escaparon, ni siquiera sabían tu nombre, ni el de tus familiares, ahora están emborrachándose, disfrutando de placeres vanos, ya ni siquiera te recuerdan, no eres nadie.
Tus familiares te desconocerán, no llorarán por ti, porque no saben de ti, te pudrirás en una fosa común, junto a cientos más como tú, personas que nacieron con el potencial de hacer un bien muy grande, que pudieron hacer feliz a una mujer, que pudieron ver a sus hijos crecer, morir en paz en la vejez, pero ya es muy tarde, mírate ahora…
Pero ya nada puedes hacer…
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